domingo, 12 de diciembre de 2010

Roma - El Coliseo

Roma - El Coliseo
El Coliseo. Una de las grandes obras de arquitectura de la antigüedad. Tras más de dos mil años de historia, el edificio permanece en pie. Ha aguantado, no sólo las inclemencias del tiempo, incluso terremotos, sino también saqueos y agresiones de todo tipo, desde los bárbaros que hicieron caer al imperio romano hasta los papas del renacimiento que robaron sus piedras para la construcción de templos y palacios.
A pesar del expolio y posterior abandono, ha llegado hasta nuestros días en muy buen estado de conservación esta magnífica construcción, con sus casi sesenta metros de altura en cuatro plantas, y un óvalo de 189x156 metros.
Pan y circo. Una sencilla pero efectiva receta que aplicó con éxito la élite romana y que aún día sigue vigente, puesta en práctica continuamente por nuestros actuales políticos, bancos y demás grupos poderosos para mantener al pueblo ocupado y sin hacerse demasiadas preguntas.
En la arena de ese circo muchos inocentes encontraron sufrimiento y muerte para disfrute de una masa ignorante y manipulada. Nosotros lo conocemos por las películas, ya sabéis, gladiadores, fieras, cristianos y todo eso. Pero tuvo que ser horrible. Parece mentira que un pueblo que fue capaz de crear tanta belleza, con sus arquitectos, escultores, pintores, escritores, músicos, al mismo tiempo pueda haber sido tan salvaje.
Hoy día -afortunadamente- nos suministran el circo a través de los medios de comunicación manipulados, y de ese modo consiguen el mismo objetivo pero de un modo más "civilizado": que la masa permanezca atontada, con la mente ocupada para no pensar, y de ese modo continuar subidos en sus altares por los siglos de los siglos, viviendo a nuestra costa.

En el Coliseo utilizamos nuestro segundo pase gratis de la tarjeta Roma Pass, y realmente mereció la pena usarla, no sólo por conseguir un precio reducido, sino porque los poseedores de la Roma Pass tienen una entrada al Coliseo para ellos solos, ajena a las entradas generales....
Y os tengo que decir que este anfiteatro, construido para albergar a más de cincuenta mil personas, debe colgar cada día el cartel de "no hay entradas". Los mismos guiris que se agolpan en los Museos Vaticanos, San Pedro y la Fontana de Trevi, acuden en masa a este Coliseo cual manada de búfalos atravesando la llanura del Serengetti.
Ya digo que afortunadamente nuestra tarjeta nos permitió acceder al interior sin chuparnos la enorme cola que había para la taquilla, y la tremenda y lenta fila para la entrada al interior.
Claro, una vez dentro, comenzó el suplicio ya esperado y no por ello menos molesto; imposible hacer una fotografía sin recibir un empujón, o algún maleducado cruzándose frente a la cámara.
Dimos una vuelta casi completa al ruedo por dos niveles distintos, nos hicimos la fotita del "yo estuve aquí", y salimos corriendo.
A pesar de ser uno de los edificios más emblemáticos de Roma y posiblemente del mundo, la visita me dejó frío, no me produjo ninguna sensación especial. Rarezas mías. Ya sabéis, un millón de turistas no pueden estar equivocados.
Ojo, en el exterior la romería era también monumental. Aparte de las hordas de turistas "decorando" el empedrado pavimento y los jardines con sus botellas vacías, colillas y envolturas de bocadillos, varios buscavidas disfrazados de legionarios romanos y tropecientos vendedores ambulantes de todo tipo revolotean alrededor del edificio persiguiendo a los turistas, formando un conjunto realmente triste. Vamos, que te hacen salir corriendo del lugar hacia el siguiente destino del cuarto día.

Roma - El Coliseo
Roma - Anfiteatro Flavio (Coliseo)

1 comentario:

Japy dijo...

Magnificas fotos. Veo que eres un poco como yo de los que se agobian mucho con las aglomeraciones. Un saludo.

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