Continuando con los apuntes del taller de fotografías de alto rango dinámico, quiero hoy mostrar dos aspectos que tampoco están muy extendidos en el uso de técnicas para captar escenas, digamos... difíciles, para los limitados sensores de nuestras cámaras.
El primero de ellos tiene que ver con el uso de las técnicas hdr en dos situaciones en las que he comprobado que funcionan de maravilla: los interiores y las nocturnas.
En los interiores se usa mucho a nivel profesional, de hecho los fotógrafos que trabajan al servicio de agencias inmobiliarias (real state que dicen los americanos) hoy día creo que trabajan todos ellos con estas técnicas, y son los que consiguen los resultados más vistosos, y al mismo tiempo reales.
En las nocturnas el contraste entre la poca iluminación existente y las profundas sombras de la noche es evidente, y sin embargo no se aprovecha mucho para este campo de la fotografía.
Así que hoy, para terminar con este resumen del taller de alto rango dinámico con estridencias, volveremos a nuestro sujeto de ayer.
Al caer la noche, la iluminación de nuestro rincón ha cambiado completamente. Ya no tenemos una intensa luz en el exterior, y utilizamos como única fuente luminosa para iluminar la escena una lámpara incandescente sobre la mecedora.
Para fotografiar un interior con esta iluminación seguro que podemos conseguir captar toda la escena con una exposición adecuada en una sola toma. ¿adecuada?. ¿Y quién decide cuando una exposición es adecuada?.
Los fotógrafos, llamémosles "clásicos", consideran que hay ciertas zonas de la escena que deben aparecer quemadas en la captura, porque "es más natural, más real".
¿Y cuales son esas zonas que se admiten como quemadas en la fotografía "tradicional"?. Pues aquellas zonas alrededor de las altas luces, es decir, las que nadie es capaz de captar con detalle en una sola toma y al mismo tiempo tener el resto de la imagen con una iluminación suficiente.
Esto es especialmente notorio en las escenas nocturnas, o en aquellas en las que se incluya al astro rey en el encuadre.
Pues no estoy de acuerdo con ese supuesto dogma. Si nos lo proponemos, seremos capaces de mostrar el filamento incandescente de una bombilla, y al mismo tiempo conseguir una iluminación agradable y con todo el detalle en las zonas más oscuras, y todo ello sin añadir ruido a la escena.
Bromeando en el taller, comentábamos que se podía llegar al ver "el filamento del Sol", es cuestión de aumentar la velocidad de obturación, jeje.
En la secuencia que te muestro a continuación puedes ver las siete tomas utilizadas para componer esta escena de nuestra mecedora, y en la última de ellas he hecho un recorte para que se aprecie con claridad el detalle que obtenemos de la bombilla.
En la imagen final, al aumentar el contraste en el procesado he perdido parte de ese detalle, pero aún así la lámpara se convierte en un elemento más de la imagen con todo lujo de detalles, y no convertido en una mancha blanca que difumina en un halo cuanto hay a su alrededor.
Ya no tengo más que contar por hoy, y mi disco duro está vacío de imágenes nuevas, así que durante una temporada me retiraré a mis cuarteles de Invierno a descansar, reflexionar y continuar con mi formación. Este resumen del taller ha tenido mucha aceptación entre vosotros, quienes me frecuentáis en este mundo virtual que es la red. Espero que alguno de vosotros pueda sacar provecho de lo poquito que conozco y puedo compartir.
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