En aquella lluviosa mañana de Julio, con esa humedad del Norte que se cuela en tus huesos, salgo a la calle llevando bajo el chubasquero mi cámara con el 70-200mm, dispuesto a enfrentarme a un lugar desconocido para mí como es Avilés. He escogido un teleobjetivo para obligarme a buscar encuadres y motivos diferentes, además de permitirme acercarme a sus habitantes desde una distancia segura para mi timidez.
Hoy no será un día de paisaje urbano, grandes edificios e interiores de iglesias. Quiero pulsar la ciudad de un modo más intimo, buscando el aspecto humano, o detalles sencillos, insignificantes, que me obliguen a pensar las composiciones para buscar armonía, e incluso, por qué no, transmitir algo más que un objeto inanimado.
Estoy totalmente fuera de mis "disciplinas habituales", pero tal vez consiga algo diferente, algo que me lleve más allá de la habilidad técnica en el manejo de la cámara y posterior procesado.
Ya veremos cómo va el experimento. Después del carrito de los helados de ayer, hoy me acerco al Mercado de Abastos, donde me llamó la atención este más que probable "hogar" de algún indigente, con ese contraste que ofrece el beso de perfume caro junto a los cartones y el carrito de la compra que se adivina tras él.
Copyright © 2011 Pedro Ferrer. All Rights Reserved. Todos los derechos reservados.
1 comentario:
Me parece una autentica obra de arte. Saludos.
Publicar un comentario