martes, 18 de octubre de 2011

Suiza - Casitas de cuento - Postales alpinas

Suiza - Casitas de cuento - Lauterbrunnen En una típica escena de los alpes suizos no puede faltar una preciosa casita de madera, con su tejado a dos aguas característico, y muchas macetas llenas de flores de alegre colorido.
Ese estereotipo lo tenemos grabado en la mente, tal vez por aquellos dibujos animados de heidi, o por la foto del calendario en la pared de la frutería. El caso es que cuando visitas Suiza una de las vistas que más llaman la atención son las casas. Por supuesto el magnifico entorno natural ayuda mucho, pero la imagen de postal se debe principalmente al esmero que los suizos ponen en la construcción y conservación de sus viviendas. Es un placer pasear por un pueblecito alpino y comprobar como todas las casas guardan una uniformidad en su estilo, la misma orientación geográfica (supongo que buscando el sur o abrigándose del frio viento del norte), y todas ellas, de la primera a la última, grandes y pequeñas, humildes o lujosas, están impecables, como esperando el pase de revista de un general a sus tropas.
Tejados perfectos, madera cuidada, las paredes como recién pintadas, las macetas rebosantes de flores naturales, frescas y sanas, resplandecientes, los jardines limpios y ordenados, multitud de detalles decorativos (enanitos, aperos de labranza, campanos, banderas, vasijas de barro, peluches, vamos, como el escaparate de una tienda en Navidades).
Ignoro si el aspecto sublime de sus casas es fruto de su buen gusto y su cultura de pueblo ordenado, limpio y con sentido común, o bien sus casas de postal se mantienen así de hermosas por la amenaza y mano dura del gobierno suizo. En cualquier caso, envidio al país helvético en este aspecto, y me avergüenza el mío, donde, salvo contadas excepciones, cada cual construye como le viene en gana, sin ningún tipo de armonía, en un completo caos de estilos arquitectónicos, auténticas atrocidades urbanísticas, y hasta en el pueblo más pequeño te encuentras con fachadas, balcones, patios traseros, garajes e incluso jardines convertidos en auténticos basureros, sucios, malolientes, llenos de chatarra y objetos inservibles, paredes sin pintar, maderas podridas, cables y tuberías colgando de las fachadas, y, además, muy pocas o ninguna decoración, no digamos flores....

Visité también sus ciudades (Zurich, Berna, Lucerna, Interlaken, Thun, Zermatt) y, aunque con el lógico aumento en altura de sus edificaciones, los principios antes comentados de armonía, buen gusto, pulcritud y adornos florales está presente en todas ellas. Ni una pintada, ni un papel o colilla en el suelo, ni casas en semirruina o abandonadas. Nada.
Alguno pensará que todo esto sólo es posible con un país de sinvergüenzas que actúa como paraíso fiscal viviendo del dinero que otros roban en sus países y gastan en ese paraíso fiscal, y tal vez esa sea la razón, pero sigo pensando que su cultura en ese aspecto es algo que los demás deberíamos tomar como ejemplo. No es tan difícil. ¿O sí? Suiza - Casitas de cuento - Lauterbrunnen suiza-casitas-de-cuento---Oberhofen .


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