domingo, 6 de mayo de 2012

No estoy preparado

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Este fin de semana he disfrutado de un encuentro fotográfico con los compañeros de la Asociación torrelaveguense Oticlic y Don José Benito Ruiz, un fotógrafo alicantino de fama internacional,
un profesional con dilatada experiencia, vasta cultura fotográfica y apabullante currículum.
Gran comunicador, afable, cercano, franco y sincero, aunque en ocasiones su ego le juega malas pasadas (José, la mar sedosa y los reflejos de aves no creo que tengan derechos de autor).
Durante dos dias un grupo de 50 personas hemos experimentado, con sensación de vértigo, la obra y la palabra de un hombre que vive lo que los aficionados soñamos, emplear todo su tiempo en su pasión, la fotografía, tanto para ganarse la vida, tener reconocimiento y prestigio, como para utilizarla en beneficio de causas justas, e incluso para su satisfacción y desarrollo personal.
Un privilegiado, que se ha ganado un lugar destacado en el mundo de la imagen con su trabajo, su estudio y sus cualidades innatas, que de todo hay.
Su audiencia de este fin de semana, compuesto en su mayoría por aficionados básicos, hemos escuchado con atención y admiración sus trabajos en distintas disciplinas, la fotografía de naturaleza principalmente, pero también el retrato, e incluso cierta abstracción. En este momento, como nos ha mostrado, su maestría técnica, su madurez profesional e incluso su edad, le situan en un punto en el que la fotografía que ha hecho hasta ahora parece que no le llena. Años de esfuerzo y dedicación le han permitido sobresalir, y aprovecha su innegable influencia para llevar a cabo acciones coherentes con su ética y su honradez, de manera altruista, peleando por defender valores importantes en los que cree, como la protección de la naturaleza, la pureza de la fotografía, el retorno al esquema de maestro/discípulo de los clásicos y, aún así, ese "fotón" que gana concursos de prestigio y paga sus facturas con ventas a publicaciones de primer orden, no le llenan. Se plantea preguntas primarias, ¿por qué hago fotografías?, ¿qué quiero transmitir?. Y conecta fotografía y arte, buscando en las fuentes clásicas, pintura, escultura, Da Vinci, impresionistas, arte oriental...
Ya no es suficiente con mostrar la belleza de la naturaleza, con capturar momentos irrepetibles, con llevar la técnica al límite, él quiere ir más allá, quiere transmitir sentimientos, valores universales, expresarse con el lenguaje de la imagen, utilizar recursos pictóricos, simbolismo, abstracción pura y dura, ordenar el caos.... arte, filosofía, sociología.....

Yo no estoy preparado para ese momento. Como José, no puedo responder a la pregunta. Aún.
Hasta ahora, estoy en este apasionante mundo de la fotografía por puro divertimento. Disfruto del mágico proceso de la captura de imágenes en todas sus fases, la búsqueda de una imagen, la preparación, la resolución de problemas, el aprendizaje, el disparo en cámara, el revelado, el componente social que supone compartir mi obra, la crítica que me duele pero al mismo tiempo me ayuda a superarme, el halago que alimenta mi hambriento ego, los consejos que me guían en el camino, incluso la frustración o la recompensa económica o simbólica. Todo ello sucede alrededor del acto de transportar lo que ven tus ojos a la pantalla de tu ordenador o el papel.

Suelo crearme grandes expectativas ante un evento como el de este fin de semana, y generalmente acabo defraudado. En este caso, no puedo achacar al ponente mi sensación, pero lo cierto es que no he conectado con su mensaje y mis exigencias no han sido satisfechas. Las cualidades de la luz, aunque no las domine ni mucho menos las aplique en mis trabajos, las conocía. Las reglas que había aprendido y ahora parecen quedar desterradas, han sido sustituídas por otros conceptos que igualmente me dieron la impresión de reglas, aunque se evitase nombrarlas de tal modo. Conocer el alfabeto y la sintaxis del lenguaje fotográfico ha sido interesante, pero para un mudo como yo que no ha llegado al cruce de caminos donde se plantea la necesidad de transmitir un mensaje, el conocimiento de ese lenguaje no es de gran ayuda en este momento (espero que lo sea en un futuro cercano).
Mis básicas aspiraciones en este momento se limitan a caminar hacia la inalcanzable excelencia técnica, a dominar las herramientas y conseguir obras que me satisfagan y si es posible que funcionen.
En este mundo tecnológico que vivimos, estamos acostumbrados a la inmediatez, a la satisfacción express de nuestras necesidades, a la respuesta exacta, fácil e instantánea, y equivocadamente acudí a un curso de composición esperando recibir las cuatro claves mágicas del éxito.
¡Estúpido infeliz, como si fuera tan fácil!.
Me quedé sin ver ese procesado de un segundo y medio, pero a cambio vi tremendas fotografías que me hicieron encogerme en mi asiento, se despertó mi interés por los cuadernos de Da Vinci, y por Vitrubio, compartí con mis compañeros este fin de semana, y sigo convencido de que, como decía José, estamos en ésto por alguna razón. Y sigo disfrutando del camino, con la calma de aquél que se dedica a ello como afición, sin exigencias ni obligaciones, por puro placer.

Copyright © 2012 Pedro Ferrer. All Rights Reserved. Todos los derechos reservados.

1 comentario:

AntPhotography dijo...

Pedro,es difícil, muy difícil responderá lo que has escrito. Quizás, a lo sumo podría decir que creo que es el momento en que se es consciente de un punto de inflexión después del cual un nuevo camino se muestra. Quizás solo piense tonterías.
De todos modos, sea lo que sea, me ha encantado leerlo!!!

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