Después de Santa Sofía, todos los guiris (bueno, en turco guiris es entrada, y motivo de chiste, ya sabeis, cuando vemos un cartelito de entrada a un museo con una flecha y la palabra guiris, todos los españoles nos partimos de la risa e incluso se hacen fotos con el cartelito.
A lo que iba, que al salir de Santa Sofía, estás en Sultanahmet, vamos, la chicha, y todo el mundo tira, o bien a la mezquita azul, o bien a la cisterna, y yo opté por esta segunda opción, dejándome la mezquita para el tercer dia.
Como me habían contado mis compañeros fotógrafos Leo, Jose Miguel y Carmen, que estuvieron allí una semana antes, que en la cisterna desplegaron sus trípodes y el guarda les mandó retirarlos, o bien pagar el módico precio de 590 leureles, - si, si, euros, no es un error - pues yo me fuí con mi trípode casero apañao, aunque aquí dentro está tan oscuro que ni así, tuve que utilizar las barandillas.
La cisterna me gustó, aunque en España tenemos varios ejemplos de época romana y sobre todo árabe, y tal vez por eso no me impresionó como a otros visitantes. La música ambiental acompañaba la visita.
Por cierto, para mis seguidores habituales, he añadido dos fotografías nocturnas de Santa Sofia en el post de ayer. Os invito a verlas, sobre todo la de la fuente, con la máxima resolución.
1 comentario:
Impresionante...buena visita...seguro.
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