lunes, 8 de marzo de 2010

Colegio - Seminario menor de San Luis - Argomilla de Cayón

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Todos los aficionados a la fotografía tienen sus disciplinas favoritas (retrato, paisaje, bodegón, macro, nocturnas, abstractas, deportivas, etc.) y seguramente mostramos preferencias en función de nuestra habilidad para manejar unas técnicas u otras propias de cada especialidad (yo por ejemplo soy especialmente torpe con los retratos).
Respecto a los temas, también tenemos nuestras manías. Mi preferencia número uno son los paisajes, y los temas que más me atraen son, como sabéis, los bancos, las cascadas y la fotografía de viajes.
Pero hay otro motivo que me atrae especialmente: los lugares abandonados, a ser posible con poca luz y llenos de graffittis. Los anglosajones lo llaman decay, grunge, y ciertamente somos legión los aficionados a estos sujetos: casas abandonadas, callejones oscuros, cuevas, antiguas fábricas, etc.
Lugares húmedos, sombríos y lúgubres, que transmiten desasosiego, miedo incluso, pero al mismo tiempo ricos en detalles, y con unos ambientes únicos, sus paredes encierran mil historias vividas por quienes ocuparon esos edificios en su época de esplendor, y al explorar esas habitaciones los detalles te invitan imaginar escenas ocurridas en el pasado, en tratar de adivinar cómo serían esos espacios con sus paredes limpias, sus ventanas con cristales, los muebles en su sitio, y vida en su interior.
A esta atracción hay que sumar el rastro dejado por los artistas del spray. Los graffittis, molestos en lugares públicos en las ciudades, en lugares abandonados sin embargo me parecen bellos y atractivos, mejorando el aspecto del edificio, y en ocasiones te encuentras con verdaderas obras de arte, escondidas, hechas sin más intención que dejar la huella de su autor, de expresarse sin ningún tipo de condicionamiento, sin reglas ni obligaciones, libre.
Hoy visité, por fin, un lugar del que había tenido conocimiento hace unos meses y que deseaba con impaciencia conocer.
Se trata del antiguo Colegio - Seminario Menor de San Luis, situado en el Valle de Cayón.
El enorme edificio, con una altura de seis plantas y una superficie construida de varios miles de metros cuadrados, fué construido a finales de los años 50 en una finca de Argomilla de Cayón cedida por sus dueños a la orden del Seminario de Corbán para beneficio de éste. En el año 1975 las instalaciones dejaron de ser utilizadas trasladando a los seminaristas a Corbán, y desde esa fecha fué utilizado por distintas congregaciones religiosas para albergar a escolares de colegios religiosos. Finalmente, hace varios años, el edificio quedó definitivamente abandonado, y una vez pasto de los ladrones y los vándalos, ha quedado a merced de los gamberros, los jugadores de paint-ball y los fotógrafos chalados.

Situados en el lugar, en los próximos días os mostraré los secretos de La Roca (así la llaman ahora....).

Aquí teneis la fotografía completa de la que obtuve el recorte anterior.
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Cómo / How I did it
Canon EOS 50D + Canon EF 50mm f/1.8 II
Longitud focal 50mm
apertura f5.6
velocidad: 1/200
ISO 100

La siguiente, y última de hoy, es un detalle que explica mi fascinación por estos lugares. Intentar encontrar "belleza", armonía, una imagen atractiva, en algo feo, sucio, roto y abandonado. Es un reto, sirve para experimentar técnicas nuevas, y para mirar con otros ojos el mundo que nos rodea. Y buscando buscando, del azulejo más mugriento puede surgir un reflejo, y la luz cambia el ambiente, y la composición tiene cierta armonía, y......
alguno dirá que es una foto de un váter roto, pero yo veo algo más, y me gusta.
Os pongo una miniatura porque el tamaño máximo (si pulsáis en la foto) es de 1200 pixels de ancho, para poder apreciar bien los detalles.
Cómo / How I did it
Canon EOS 50D + Tokina 12-24mm f/4 AT-X 124 AF Pro DX
Longitud focal 12mm
apertura f5.6
velocidad: 1/4
ISO 100

W.C.

Copyright © 2010 Pedro Ferrer. All Rights Reserved. Todos los derechos reservados.

2 comentarios:

José Miguel Martínez dijo...

Pedro unas fotos espectaculares, es una gozada recorrer esos lugares abandonados aunque en el fondo da mucha pena.

Las texturas del azulejo azul me tiene fascinado.

Un saludo

Catalina Ginard dijo...

Dan mucho juego los lugares abandonados y para nuestra tus fotografias...fantasticas las que ha visto me quedo en espera de ver más...

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