Esta fachada fué el primer edificio del complejo del monasterio que vimos y me dejó impresionado esa vigorosa enredadera adherida a la fachada. La fotografié al bajar y llevaba el 50mm, asi que no pude captar la planta completa, pero el aspecto que presentaba desde lejos era el de un árbol con sólo dos dimensiones, aplastado en la pared, con el tronco en la base y extendiéndose al verde de su copa. La naturaleza se abre paso, y, a pesar de que a principios del año 2010 las gentes del pueblo de Rioseco realizaron labores de deforestación del monasterio y cortaron las enredaderas como se puede apreciar en su base, la planta mantiene su verdor y continúa engullendo el edificio.
Tengo otra toma más cercana en la que se aprecia el detalle de los tajos de la motosierra y los brotes verdes que aún resisten. La Naturaleza desafía a la motosierra....
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