En esta serie de Santillana del Mar ya os mostré una postal de la Colegiata de Santa Juliana en la hora azul. Aquí como veis también aproveché esa luz mágica del crepúsculo, cuando el sol acaba de ocultarse pero aún ilumina el cielo con una luz suave y azulada.
De todos modos, en esta fotografía de la calle del Cantón el protagonismo lo tiene sin duda el empedrado. Esos adoquines brillantes, pulidos por el desgaste de la lluvia y las pisadas de personas, animales y vehículos durante cientos de años forman hoy una seña de identidad de esta villa medieval, que ayuda al visitante a sumergirse por sus callejuelas entre casonas, blasones, museos e iglesias trasladándose al pasado.
Y como siempre tengo que ver un lado ácido en casi todo, aprovecho para criticar una situación que me parece intolerable y a la que nadie parece querer remediar.
Me refiero a la constante invasión de vehículos a motor que sufren las calles de este pueblo.
Yo entiendo que los comercios, hostelería, e incluso vecinos del pueblo, necesiten en algún momento trasladar objetos pesados o personas con dificultades de movilidad, pero me parece una vergüenza que encuentres coches aparcados en cualquier calle, tanto de turistas como de gente del pueblo, coches circulando a cualquier hora del día o de la noche, interrumpiendo el paseo de los visitantes, y, tengo que decirlo, jodiendo mis fotos y las de todo el fotógrafo que quiera una postal medieval sin elementos ajenos que arruinen su encuadre, te quemen una larga exposición con sus faros o incluso te obliguen a apartar tu trípode en mitad de una exposición.
He visitado lugares como Santillana del Mar en otras regiones y países donde todo el casco histórico es peatonal, con circulación de vehículos prohibida o al menos restringida en horarios (por la noche y muy pronto por la mañana) y usuarios (residentes y proveedores), porque en esos lugares las autoridades se ocupan, en primer lugar, de preservar un patrimonio histórico (ese pavimento tiene más de 500 años y permiten que los coches lo aplasten), y en segundo lugar de proporcionar al visitante de un ambiente relajado que le permita disfrutar de su visita sin estorbos, ruidos, humos e incluso peligro de atropello).
Pero bueno, más de lo mismo, seguramente tenemos lo que merecemos.
Espero que os guste la postal.
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4 comentarios:
Me encanta tu serie sobre Santillana, especialmente las nocturnas o esta en la "hora azul".
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices sobre los coches. Es comprensible que en algunos casos no quede más remedio, pero me parece que como siempre, la gente acaab abusando, y como se siga así, van a acabar con la magia de Santillana.
Preciosa como todas estas postales que nos estas mostrando de Santillana. Una pasada de reportaje con unos procesados muy cuidados y acertados. Por cierto, me uno a tu protesta/crítica sobre los vehiculos a motor. Saludos.
Me encanta esta toma, el empedrado te ha quedado de lujo.
Un saludo.
Me encantan tus fotos. Sensacionales.
En una que tienes de Luarca se ve la casa de mis suegros, jeje. Yo soy de Asturias, aunque estoy completamente enamorado de Cantabria. Desde ese precioso rincón de San Pantaleón de Aras, donde tantas veces fuimos a ver a los tíos de mi padre, como Santillana del Mar y mi Comillas del alma
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