miércoles, 27 de abril de 2011

Las cucharas de madera, el tomate y la manzana (un título original)

Las cucharas de madera, el tomate y la manzana (un título original)
Una climatología más bien mala, un tremendo dolor de espalda, mucho trabajo, y ganas de practicar mi afición favorita.

Manos a la obra. En casita, con una tela negra y cualquier objeto que tengas a mano, cámara en trípode, y a practicar iluminaciones.

El bodegón es una especialidad que no he practicado hasta ahora, y aunque parece sencillo, cuando te pones a ello comienzas a ver las dificultades.
Acostumbrado a la fotografía de paisajes, donde el escenario está colocado por la madre naturaleza, y sólo tienes que componer con los elementos que tienes ante tus ojos, el bodegón supone un gran reto, porque tienes que crear tú mismo la escena, colocando cada objeto con precisión, teniendo en cuenta formas, texturas, colores, proporciones, fondo, suelo, iluminación.
Las posibilidades son infinitas, y es necesario realizar un gran esfuerzo de creatividad, y al mismo tiempo emplear todos los conocimientos aprendidos para no fracasar.
Y no puedes echar la culpa a nadie, porque todo el proceso está bajo tu control.
Cuando se tiene experiencia, seguro que puedes hacer un bodegón con los ojos cerrados, pero os prometo que he pasado más tiempo colocando manzanitas y tomates que disparando y procesando las fotografías.
Lo cierto es que me ha enganchado, espero ir aumentando mi galería de bodegones (naturaleza muerta que dicen los guiris) poco a poco.

La mayoría de los especialistas en bodegones utilizan flashes fuera de cámara para iluminar sus creaciones, pero me gusta más utilizar técnicas de light painting como las que últimamente he practicado en exteriores, con linternas.
Pintar con luz un bodegón me parece mucho más sencillo, práctico y barato que usar flashes con difusores, disparos remotos etc. Ese tipo de iluminación de estudio está bien para retrato, donde tienes un modelo que está vivo (y se mueve).
Pero si lo que tienes son dos cuchillos y un tomate, o una piedra, no van a salir corriendo, ni se van a aburrir de verte alrededor con tu linterna.
La mayor ventaja de usar linternas es que puedes ver los efectos de la luz en distintas posiciones, con las sombras proyectadas, brillos, etc en tiempo real y antes de hacer el disparo.
Una vez tienes claro cómo vas a iluminar, luz apagada, modo bulb y a pintar con la linterna (un poco de luz ambiente, una luz más intensa en un punto concreto, perfilando los bordes de un objeto, etc... Los resultados son fantásticos, os invito a probarlo. Todo el mundo puede hacerlo en su casa. Sólo hay que superar que los de casa te tomen por loco cuando comiences a montar el chiringuito (pero seguro que no se sorprenden; ya conocen tu locura......)

Copyright © 2011 Pedro Ferrer. All Rights Reserved. Todos los derechos reservados.

3 comentarios:

Japy dijo...

Te ha quedado precioso. Parece un cuadro. Es una asignatura que tengo pendiente. Saludos.

Mefs dijo...

no me había parado a pensar en la relación bodegones-linternas. y puede que funcione bien....
habrá que probar algún día :)

Anónimo dijo...

Hola Pedro, me encantan tus fotos! Ésta personalmente me ha recordado a las fotos de los exquisitos platos del cocinero de Jesús Sánchez, aunque evidentemente no tengan nada que ver. Aprovecho la ocasión para que os paséis por su página de facebook, “Cocina Jesús Sánchez”, además ahora que han abierto este nuevo espacio están realizando promociones y otras sorpresa más. Te dejo el enlace por si interesa. Un saludo!
http://www.facebook.com/CocinaJesusSanchez

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