sábado, 20 de marzo de 2010

Siete dias en Estambul, Turquia. Diario de viaje. Dia 2. Miércoles 23 de Septiembre de 2009

A la vuelta de mi viaje a Estambul prometí escribir en mi blog un diario de viaje que pueda ser útil a otros viajeros, y sólo escribí el primer capítulo. Como estos días no tengo nuevo material fotográfico, aprovecho para ir subiendo el resto del diario.

Dia 2. Miércoles 23 de Septiembre de 2009.
Como todos los días de nuestro viaje, a las 8 - 8:30 horas en la calle.
El primer tramo se hace en tranvía, desde la estación de Aksaray hasta Sultanahmet. 1,5 liras turcas el trayecto.
Derechos a Santa Sofía. Esta basílica/mezquita/museo, abre sus puertas a las 9:15h, pero conviene estar en la puerta a las 9 o incluso antes, para evitar las colas. Una vez abierta la taquilla (20 liras por persona) subimos al piso superior, y pudimos ver los mosaicos y las vistas desde ese piso superior apenas sin gente. Se sube por una rampa empedrada, con las piedras suaves y lisas (incluso resbaladizas) desgastadas por el paso de miles de personas en toda su larga historia. Cuando bajamos a la planta baja, comenzaban a entrar enormes grupos organizados con sus guías. Como existe un ENORME andamio bajo la cúpula central, tampoco pudimos hacer muchas fotos ni extender más nuestra visita, de modo que a las 10:30 ya estábamos fuera, asustados por las kilométricas colas que había en la entrada (a quien madruga Dios le ayuda, dice el refrán......)
Justo enfrente bajamos a la Cisterna de Yerebatán (10 liras por barba), donde no encontramos mucha gente y pudimos visitar con calma, hacer fotos (eso sí, sin trípode, prohibido salvo que pagues 500 euros....). La salida de la Cisterna está en la calle Alemdar, que te lleva derecha hasta la estación de Sirkeci, parada obligada y un lugar que quería conocer. La estación de destino del famoso expreso de Oriente, el Orient Express que transportaba a famosos, políticos y ricos personajes de principios del siglo XX, protagonista de novelas de Agatha Christie, conserva aún los lujosos salones donde esperaban esos personajes, y un restaurante con decoración de la época.
Seguimos camino hasta la Mezquita Nueva (Yeni Camii en turco), una de las más grandes de Estambul y situada en Eminönü, entre el Puente Gálata y el Bazar de las especias o Bazar Egipcio. Después de ver el interior de la Mezquita nueva, muy bonita con sus bóvedas escalonadas, nos dejamos engullir por la marea de gentes que recorre el Bazar de las especias y sus alrededores. Realmente el bazar consiste tan sólo en dos largos pasillos cubiertos en ángulo recto, pero el verdadero encanto de esta zona está en el exterior, en las estrechas callejuelas abarrotadas de puestos callejeros con todo tipo de mercancía a la venta. Estuvimos horas andando sin rumbo por estas calles con cara de asombro a cada paso. Los objetos más inverosímiles te esperan a la vuelta de la esquina, y no es un lugar sólo para turistas, sino que los estambulitas son mayoría en este lugar. Entre estas calles llegamos a la pequeña y discreta Mezquita de Rustem Pasa, y al salir nos sentamos a descansar y comer algo para reponer fuerzas.
Después de comer seguimos callejeando por las empinadas calles que se encuentran al norte de Rustem Pasa, al pie de Suleymaniye, y en este barrio es donde encuentras las, digamos, calles gremiales. La calle de los juguetes, la de los expositores de teléfonos móviles, los cacharros de cocina, aparatos electrónicos, maniquíes, utensilios de plástico, telas, relojes, maletas, cafeteras. Y cuando digo calles, quiero decir que encontrabas una calle en la que SOLO había tiendas de un tipo, unas a continuación de otras, a ambos lados de la calle, hasta que llegabas a una intersección y cambiaba el género. Realmente único y original.
Calles arriba llegamos a la Mezquita de Suleymán el Magnífico, la más grande de la ciudad, que desafortunadamente se encuentra en obras de rehabilitación y no se puede visitar, y seguimos hasta el hotel, cargamos con el trípode para hacer una sesión nocturna y andando hasta Sultanahmet por Ordu - Yeniceriler - Divanyolu haciendo alguna compra. Sesión de fotos nocturna desde el Puente Gálata hasta Santa Sofia y Mezquita Azul, cena en el restaurante Enjoyer (altamente recomendable, con majísimos camareros - el famoso chayanne del que hablan todos los foros de viajeros españoles). En este restaurante, además de disfrutar de un local muy agradable en una calle peatonal de Sultanahmet, todos los camareros hablan un perfecto español aún siendo turcos, y sirven una cocina otomana adaptada a los tiempos modernos, a un precio muy razonable y como digo con un trato muy agradable. Está lleno de españoles ¿por qué será?.
Para acabar la noche, cómo no, un narguile en el patio de Corlulu Ali Pasa, aunque esta vez probamos de sabor melocotón y no nos gustó mucho. A medianoche al hotel, a cargar las pilas para el día siguiente.

1 comentario:

carnet manipulador de alimentos dijo...

joer, nada mas veer la foto empiezas a delirar!!!
Muy bueno tu reportaje!

Un saludo.

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