Pues ya estamos aquí arriba. No os puedo enseñar una foto que hice desde el anillo de la base de la cúpula, en el interior, porque había un enrejado y no conseguí hacer nada decente, pero es realmente impresionante mirar hacia abajo y comprobar cómo los curas que deambulaban parecían pequeñas hormigas. La sensación de altura es por supuesto mucho más acusada desde arriba, y más aún si tienes personas como referencia.
Lo dicho, estamos en el punto más alto de la ciudad, y las vistas son..... mejor no lo cuento, juzgad vosotros mismos.
Esta es la más típica postal de la Plaza de San Pedro en Vaticano, perfectamente simétrica, con las columnatas de Bernini cerrando el óvalo, el obelisco en el centro como la aguja de un enorme reloj, la Via de la Conciliación alejándose hacia el río Tiber, junto a éste el Castillo de Sant'Angelo.
Un detalluco de los lucernarios del tejado de la Basílica (desde abajo parecen pequeños) y la inevitable firma del Papa de turno. Son como yo, tienen que dejar su logotipo allá donde pasan.
Los jardines del mini Estado Ciudad del Vaticano a la sombra de San Pedro.
Cuando aún no calienta el Sol de la mañana, una neblina acompaña a la ciudad en su despertar. Allí se divisan el Panteón, cúpulas de iglesias que acierto a reconocer, terrazas, tejados
Un poco más lejos reconozco, si, es el Vitoriano, espera, y detrás... el Coliseo. Aún al fondo se perfilan las siluetas de San Juan de Letrán...., y más allá... la niebla.
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