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Un día en Edimburgo.
Llevo desde Septiembre compartiendo mi visión de Escocia, y hoy acabo la serie.
Esta imagen contiene muchos de los elementos más notables de la ciudad de Edimburgo que paso a enumerar a continuación:
1.- Un escocés vestido con el traje tradicional. En más de dos mil kilómetros recorridos por las tierras altas, no vi ningún kilt. En un sólo día vi más de cien en Edimburgo, vestidos y colgando de los maniquíes.
2.- Turistas. Me encantan las grandes urbes, pero huyo de las aglomeraciones de turistas. Gracias a las hordas de excursiones organizadas con sus guías portaestandartes en cabeza, salimos literalmente huyendo del castillo de Edimburgo, visita que no echo de menos viendo lo que allí se concentra. La ciudad entera es un tiovivo de guiris deambulando como pollos sin cabeza.
3.- Bobby, cuando la leyenda supera a la realidad. El perrito más famoso de Edimburgo, inmortalizado en una pequeña escultura de bronce, se ha convertido en objeto de culto para los turistas, que de tanto sobarle el hocico brilla como el pasamanos del hotel ritz. En todas las ciudades turísticas hay algún "caramelo" similar.
4.- Pubs. Te guste o no la cerveza, visitar al menos una docena de pubs escoceses es lo más sobresaliente de Edimburgo. Esos garitos rezuman historia, en su interior viven los auténticos escoceses, y puedes mezclarte con ellos con luz tenue, animada charla y desmesurada variedad de whiskies y cervezas.
Para mi lo mejor de la ciudad, y a ello me dediqué a fondo.
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